5.03.2006

¡Sheep!, regresó la gran ciudad...

Totalmente normal el día de hoy. El mundo no se acabó, el paro siguió pero las personas ya sabían qué hacer para evitar los tentánculos caóticos de este día. Piensan bien, me levanté 15 minutos antes de clase y llegué tarde. Ni me alcanzé a bañar...
El mundo siguió girando (claro como se va a acabar antes de que empieze el Mundial, por favor), el silencio no era tan llamativo como ayer, como toda en la vida del hombre se acostumbra y lo ignora, se vuelve insensible. Llovió como siempre llueve, justo cuando me da por salir de mi guarida.
Y de repente, se levantó el paro de transportadores. Y volvió la gran ciudad. Salieron de su refugio como hormigas, a recoger todos los insectos que caminan por las calles de la ciudad. Ya no había nada de raro, ni el cielo, ni en las calles, ni en las placas de las casas...
Bueno, no hay nada qué hacer, esto no se acabó. La Tierra dio otra vuelta más sobre su propio eje. El Barça quedó campeón de la Liga. El terremoto en Tonga no provocó ningún Tsunami. Yo no me libré de mi trabajo sobre Cervantes. Y me botella de Ginebra sigue ahí...
En mayo, seré mayor de edad en todo lado y en junio, rodará la pelota en Alemania... girará tal como lo siguió haciendo este planeta...

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