Hypnovision: (Alu)cine sin pies ni cabeza

Probablemente cuando en la prehistoria el hombre se sentaba con su tribu alrededor del fuego a narrar historias, prefería aquellas que tuvieran una cierta linealidad, con un inicio, un desarrollo y un desenlace que hicieran más clara la idea que se pretendía exponer. Y probablemente, en alguna ocasión, se levantó algún narrador de visión un poco desequilibrada, a quien más que contar una historia le importaba introducir a su audiencia en un mundo donde la lógica imperante era la de los sueños; es decir, nada de lo que decía tenía sentido. Es lógico suponer que a este personaje le llovieron tomates y demás sobras alimenticias por parte de su público, poco acostumbrado a oír semejantes desvaríos, y aficionado más bien a la claridad de exposición tradicional. (Tomado de 68revoluciones)

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